Quizás es
uno de los lugares más emblemáticos del pueblo de Cehegín. Se encuentran al
final de la “Calle Ginés de Paco” (o al principio, según cual sea la
perspectiva) y ofrecen una visión épica a través de unos “simples” escalones
alargados. Visitarlos es más que un deber, una experiencia. Los caños hablan de
tiempos pasados y presentes, pisadas y caminos que han arañado sus vértebras.
Desde abajo, nos ofrecen la subida al casco antiguo, el espacio ceheginero casi
mágico, con sus preciosos edificios y sus calles recónditas, las mejores de
ellas escondidas. Desde arriba, la vista nos agrada con la visión de la
conocida como “Plaza del alpargatero” donde una fuente rememora este antiguo
oficio que fue en su día una importante fuente de ingresos para los
cehegineros.
Pero la
magia de este magnífico lugar no se queda en su aspecto, la esencia del tiempo
transcurre arriba y abajo, sobre todo los miércoles, días en que se instaura el
mercadillo en la “Calle Ginés de Paco” y colindantes. Son muchas las personas
que suben y bajan los escalones para ir al mercadillo y volver con las bolsas
llenas y entre ellas, las personas mayores, hombres y mujeres que a pesar de su
edad cargan con las bolsas con una fuerza más interna que externa. Esta imagen
tan propia del pueblo habla mucho de nuestras gentes, personas luchadoras y
fuertes que resisten al paso del tiempo y al peso de los años, como bien
expresaba un servidor en mi poema “Una mujer mayor sube por los caños del partidor”
Son muchas
las veces que mis pasos han tocado la esencia de este maravilloso lugar.
Durante mis casi 19 años de vida lo he visto repleto de agua por la lluvia o
blanco por la nieve. De madrugada con el sol dándome la bienvenida o por la
noche con la luna iluminando mi último aliento del día antes de ir a dormir.
La vida
pasa, transcurre, sube y baja, cambia y se transforma y todo aquello que nos
rodea forma parte de este vaivén, de este viento mágico que nos impulsa. Los
caños del partidor son la constatación de un hecho, de una historia, de una
misma entidad, todo eso conjuntado en una expresión, en un símbolo propio, en
una imagen inolvidable.